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BARRANQUILLA, ATLANTICO, Colombia
Administrador de empresas , especialista en gerencia de empresas comerciales de la universidad del norte de Barranquilla

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Entonces penalicemos el chicharrón...

Si la marihuana y las demás drogas están prohibidas por el estado por ser un mal para la salud pública, yo me hago una pregunta… ¿Que provoca más muertes, el uso de la marihuana o los accidentes cerebro vasculares producto de los malos hábitos alimenticios? Yo creería que lo segundo, entonces va mi segunda pregunta… ¿porque el estado no puede intervenir en eso?, pues la respuesta es obvia… cada quien decide sobre su propia conducta e incluso hasta en como matarse si es su decisión.
Antes de explicar mi tesis del porque estoy rotundamente de acuerdo con la despenalización de la droga, quiero aclarar que en mi vida, jamás me he fumado ni siquiera un cigarrillo de tienda, me parece el vicio más tonto del mundo, así que mucho menos he probado ningún tipo de droga alucinógena, pero sí creo que la forma como hemos atacado este flagelo ha sido más el resultado de seguirle el juego a una política implantada en el gobierno de Richard Nixon que por un análisis serio de las razones , causas y consecuencias que esta conducta trae a nuestra sociedad.
El mismo Estados Unidos intentó penalizar el consumo de alcohol, como el caso del whisky y ya sabemos lo que paso, se crearon mafias para su tráfico y terminaron legalizándolo al ver que el remedio era peor que la enfermedad.
Si hay algo peor que la adicción en sí, es todas las conductas delincuenciales que termina incurriendo para poder costear un vicio tan costoso, justamente por lo buen negocio que lo convierte ser clandestino, es el mayor financiador de los grupos terroristas en el mundo, comenzando por nuestras guerrillas (si es que aun merecen ese nombre) o las mismas autodefensas (que ya tampoco lo son), le hacemos el juego a quienes llegan a ser multimillonarios a costa de la tragedia humana, solo porque a Nixon se le ocurrió hace cuarenta años que debíamos prohibirlo.
Mi propuesta es simple, así como conducir embriagado es un delito, conducir drogado también debe serlo, así como está prohibido hacer publicidad que incite el consumo de cigarrillos, también lo debe estar para el uso de drogas, pero la decisión de consumirla es individual siempre y cuando seas adulto (igual que con el alcohol y el cigarrillo)
El estado debería al igual que hace con las destilerías de alcohol o con las loterías, tener el monopolio de su explotación comercial, e invertir esas grandes utilidades en educación y prevención y tratamiento de la adicción.
Eduquemos más y prohibamos menos, yo estoy de acuerdo que las leyes deben existir y hacerse respetar de manera contundente, de hecho mis épocas de izquierdista en contra del establecimiento paso hace mucho y creo más en la autoridad y el orden que en el exceso de libertades cuando se trata del respeto por normas de convivencia social, pero en las libertades individuales sí creo que es absurdo jugar a decidir por otro.
Un buen ejemplo podría ser lo peligroso que resulta la promiscuidad sexual, pero que tal el estado llevando un control, e indicando si ya superaste el número de parejas que como persona libre (léase soltero) tienes derecho a tener? Y hay que ver que una persona irresponsable en este aspecto sí que podría afectar a inocentes.
El estado no puede ser una niñera que le diga a sus ciudadanos que conducta es  buena o mala para cada quien, siempre y cuando ésta sea una decisión personal y no afecte a los demás, porque insisto, de ser así, debería prohibir el trago, el cigarrillo, pero también, el chicharrón, el salchichón, las hamburguesas, los fritos, el trasnocho, la coca cola, los postres incluso el uso del internet y el BlackBerry que tanto vicio provoca.
 Termino por decir que el chicharrón si me encanta, y que donde lo lleguen a penalizar, emigro…