A raíz del debate actual sobre la violencia en el futbol, me di a la tarea de leer algunos comentarios en uno de los perfiles de facebook de el equipo de mi tierra, y ante la opinión generalizada que pedía no usar el nombre del equipo para generar violencia, un adolescente con muy mala ortografía aseguraba que “el se hacia matar por su equipo”, a lo que alguien le dio una respuesta muy inteligente al escribirle, “ amigo tu amas a tu equipo, pero te tengo una mala noticia , el no te ama a ti, ni sus jugadores, ni sus dueños, ni la hinchada decente que paga su boleta quieren que te hagas matar por el “.
Obviamente la contra respuesta no fue una muestra de reflexión , sino lo contrario , una cadena de absurdos que demuestran que el culpable no es el futbol, sino un daño social que afecta una generación de adolescentes sin futuro, sin esperanzas , incapaces de entender el tonto roll que intentan desempeñar al tomar las banderas de un equipo como excusa para desahogar sus frustraciones y miedos ante la vida, pero sobre todo demuestra una sociedad miope ,indolente ante un caldo de cultivo que indefectiblemente cosechara delincuentes cada vez mas resentidos.
Lo delicado del asunto es que ellos además de ser victimarios también son victimas, son niños con derechos vulnerados, son jóvenes sin la mas minima posibilidad de recibir una educación de calidad y que para colmo de males crecen en un país donde las leyes que se hicieron para proteger a la niñez, terminaron siendo cómplices de quienes utilizan a los menores como escudo para eludir la justicia que no puede hacer mucho por corregirlos.
El violento busca excusas para exteriorizar su condición, Tiro fijo inicio una guerra de mas de 50 años porque le robaron una gallina, los castaños empezaron las autodefensas para atacar a la guerrilla y al final se convirtieron en lo mismo que ellos criticaban, la violencia no es culpa de un color político ni de una camiseta, la violencia es la consecuencia de una disfunción social, que comienza por una disfunción familiar.
Pretender atacar al futbol por los actos de los vándalos, es como el marido que decide vender el sofá donde encontró a su mujer siéndole infiel para acabar el problema.
Si, hay que tomar decisiones, hay que modificar la ley de infancia y adolescencia, hay que restringirle el espacio a los adolescentes violentos, hay que identificarlos y judicializarlos, hay que corregirlos.
A mi personalmente me da pereza ir ya al estadio solo de pensar que no puedo llevar correa, que difícilmente puedo llevar un radio, porque podría considerarse un arma las pilas, que las banderas no pueden llevar un tubo con que moverlas, en fin, cualquier persona que entre a un estadio es considerado un delincuente en potencia por culpa de tres niños victimas de una mala crianza
A mi me gusta el futbol , al nivel que me apasiona, pero los directivos de los equipos deben decidir si se quedan con el hincha real de futbol o si siguen albergando a un grupito de desadaptados que alejan cada vez mas a las familias de los estadios
@RICARDOPALACI