Sé que es mucho mas cómodo y
agradecido escribir sobre lo mal que van las cosas y echarle la culpa al
presidente de turno sobre los problemas económicos y sociales del país, pero en
este caso no lo haré de esta forma, porque a pesar de que nadie dice que la situación
sea color de rosa, Colombia en la actualidad presenta indicadores macroeconomicos evidentemente superiores al promedio de la región y aun más si se compara con
el promedio mundial.
Contamos con una inflación controlada
cercana al 3% que sería la envidia de
muchos países con un buen crecimiento económico,
el desempleo aunque sigue siendo el lunar de las cifras presenta una constante disminución y ya se sitúa
en un dígito, coyuntura que no se presentaba desde hace muchas décadas.
El crecimiento de la economía cerrará
el 2012 alrededor del 4% anual que aunque no es demasiado alto si es muy
aceptable, más aun si se tiene en cuenta que ha sido sostenido en los últimos años,
pero lo más importante es que la confianza en el buen momento del país se
refleja en los altos índices de inversión extranjera que ha alcanzado cifras históricas
en el último lustro.
La firma de los nuevos tratados
de libre comercio como los de EEUU, Chile México, Unión europea, corea entre otros,
están dinamizando los negocios y aunque algunos sectores no les favorezcan el
asunto, en general serán más los beneficios que los costos que esta política de
apertura traerá en el largo plazo.
Aun estamos en pañales en lo que
a equidad social se refiere, la desigualdad en la distribución de la riqueza
aun es alarmante, y los índices de corrupción tanto estatal como privada siguen
siendo la gran piedra en el zapato para que el país logre velocidad de crucero
en lo que a desarrollo se refiere, pero para ser justos, hay que reconocer que
en la última década se han logrado adelantos sin precedentes en el desarrollo económico
y social del país.
Si la poco confiable guerrilla de
las farc, llegasen a responder de buena manera a la oportunidad histórica que
el gobierno nuevamente les está dando, el 2013 podría ser un año definitivo
para que Colombia tome la dirección correcta hacia un real desarrollo sostenible,
pero esa será una tarea de muchos años que requerirá de mucha constancia y disciplina
no solo de quienes nos dirigirán políticamente, sino de quienes los elegimos,
porque casi siempre caemos en la trampa de creer que la total responsabilidad política
del manejo del país la debe asumir el presidente de la república, y se nos
olvida lo mal que votamos a la hora de elegir
a nuestros, congresistas, diputados, asambleístas, alcaldes y
gobernadores, quien son los que al final tienen a sus espaldas la tarea de micro
gerencia del país.