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BARRANQUILLA, ATLANTICO, Colombia
Administrador de empresas , especialista en gerencia de empresas comerciales de la universidad del norte de Barranquilla

sábado, 21 de julio de 2012

LE PEGUE POR CACHONA


Hace pocos días, un conocido me llamo, y me dijo  “amigo, la embarre, me metí en un lio”, me comentó  que le había pegado a la mujer, y que ella lo había denunciado ante la fiscalía.
El no solo estaba hecho un  mar de remordimientos, sino de nervios, porque además de lo que moralmente significaba esa agresión, también se exponía a perder su trabajo, ya que el lugar donde trabaja, una empresa de reconocida trayectoria en la ciudad, no le perdonaría un acto como este, con el agravante que hacia pocas semanas el ya había tenido un percance que por poco le costaba el puesto.
Cualquiera que conozca a Carlos (Obviamente le estoy cambiando el nombre real)  no lo creería  capaz de esa conducta, pocas personas tan bonachonas, de tan buen sentido del humor, con una risa tan  contagiosa y sobre todo tan cariñoso y dedicado a su hogar, la relación que lleva con su esposa a todas luces se ve solida y ante una reacción de estas, los que lo conocemos  lo primero que hacemos es preguntarnos ¿porque lo hizo?
Cuando  le hice la pregunta , me contó  que en la noche anterior , sonó el teléfono celular  y al él contestar ,una voz de mujer  se despacho inmediatamente  diciéndole que controlara a su mujer , porque ella tenía una relación amorosa con su marido( con el de la que llamaba), La Sra. alcanzo a contarle detalles de la  cruel infidelidad  y ahí se  armo Troya.
Tal parece que la discusión llego a unos límites nunca deseados  y termino en golpes  y ofensas inconfesables, lo que dejo a la  mujer, maltratada en todos los aspectos, pero  el asunto  tomaría un rumbo aun más doloroso  cuando un par de horas después la agredida mujer  le devuelve la llamada a  la supuesta delatora de la infidelidad y  descubren que por  un digito que marcó mal, había llamado al número equivocado, en vez de marcar un 310 como era realmente , marco un 311 .
En el transcurso de esta semana que comienza,  Carlos tendrá su primera cita ante la fiscalía, la Señora que llamó  se ofreció a testificar a favor de  él , el remordimiento que tiene por el  lio que causó  la ha llevado a intentar remediarlo, la esposa de Carlos no ha aceptado hablar con él ni por teléfono, no lo llamó  ni a felicitarlo el día de su cumpleaños que fue  hace dos días  y el está sumido en una depresión , porque sabe que el golpe físico que le propinó , le puede costar pagar cárcel y perder el empleo, pero que la ofensa y la duda de la moral de su mujer, le costó el  amor de ella.
El me buscó necesitando consuelo y consejo, yo procuré  no empeorar su  ánimo, pero me costó mucho y terminé siendo uno más de sus verdugos, confesándole que si a una de mis hermanas, algún hombre le pone la mano encima, ahí sí sería capaz de perder cualquier rastro de ser civilizado y me lo comía a golpes.
El acepta que se equivocó, está en tratamiento sicológico y espera una oportunidad de recuperar su hogar, yo solo le recomiendo que por lo pronto le respete la decisión a ella de alejarse mientras reflexionan ambos .
Le digo que a mi parecer  quedan dos enseñanzas muy claras, la primera que nada, absolutamente nada , justifica pegarle a una mujer, y menos si es  “ Mi mujer” y segundo que  antes de disparar , pregunte.
No faltará  quien justifique estos actos por ira e intenso dolor (de macho herido), pero si cada vez que un hombre le fuera infiel a una mujer, ellas nos pegaran un tiro, ya nos hubiesen extinguido nuestro género de la faz de la tierra.
Carlos me pidió que contara su historia como un ejemplo de lo que no se debe hacer.

6 comentarios:

Ada De la rosa dijo...

Si, definitivamente debemos asegurarnos de lo que nos dicen, no tenemos derecho de juzgar a nadie sin escuchar primero y desafortunadamente debemos ser responsable de nuestros actos, la rabia nos ciega tanto que no sabemos lo que hacemos y decimos. Dios permita que Carlos salga bien librado de todo esto, merece una oportunidad.

CESAR RIOS dijo...
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Anónimo dijo...

Opino que el título de tu anecdota está mal enfocado, mas bien diría yo "Le pegue por Iracundo" o "Le pegue por Inseguro", ya que en el contexto quedó totalmente evidenciado que la señora no era ninguna "cachona", lo que no comparto es si el personaje era todo un "bonachon" con un matrimonio tan sólido, hubiese reaccionado de una manera tan abrupta, por una llamada de una persona "X" que ni conoce, ni sabe de donde proviene tales aseveraciones. Por lo tanto deduzco que el personaje Carlos es un ser enfermo, que del público bonachón se esconde un ser abominable que reacciona ante estímulos infundamentados mediante conductas no propias de su común carácter. De ahí a la refrán líbrame Señor de las aguas mansas... Estas clases de personajes son de temer.

Anónimo dijo...

A ella le fue mejor que a mi. Siquiera el simio de turno explica su reprochable e injustificado proceder, en un desafortunado móvil. El simio que padecí en una oportunidad que nunca se me borrará de mi mente, argumentó ante sus hijos y ante la autoridad que en el momento lo había poseído una mala energía. Es médico bioenergético, dicta cursos de superación personal y cuando alguien le pregunta (normalmente por mera cortesía) Cómo estás?, él dice con énfasis: Excelente!. Qué tal?

Anónimo dijo...

Esos machos internos son cobardes afuera. Luz para fuera, oscuridad adentro. Y lo más patético es que la sociedad está más interesada en la acreditación que en la estructura personal. Esos salvajes lo ve uno dando vitrina por doquier, ocupando cargos de importancia y dictando cátedra. Pero lo más inconcebible es que sus víctimas la mayoría de las veces terminan "entendiendo" y "perdonando", comiendo de cara de cordero degollado y palabritas de amor. Mi difunta madre tenía razón cuando decía: El que es no deja de ser. Y sí que la vida me lo ha confirmado.

Unknown dijo...
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